El presente trabajo es producto de una investigación mayor referida a la Problemática de la Especificidad en Psicología Social poniendo en relación sus dos dimensiones esenciales: como disciplina y como profesión. Dicho Proyecto de Investigación se denomina: “La problemática de la especificidad en Psicología Social. Escuelas matrices de Psicología Social” Proyecto acreditado por la Facultad de Psicología de la UNLP. Periodo:2013-2015
Resumen
El presente artículo retoma el análisis de la estructura social como análoga a la estructura familiar en relación al concepto de dispositivo. En este sentido, podremos pensar al grupo familiar como ámbito (social) que produce subjetividad, es decir como dispositivo de discurso que produce un sujeto deseante. Se desarrolla por un lado, al grupo en tanto recurso metodológico de abordaje en Psicología Social -desde el Paradigma de la Complejiad y de la Multicausalidad- y por el otro, se hace referencia a las pautas y normas a través de las cuales se transmite e internaliza la estructura social en los sujetos; es decir de qué manera lo social deviene constitutivo de la subjetividad, tanto en lo individual como en lo grupal.
- Contextualización
Este es un modelo de estudio y fundamentación de ciertos ejes epistémicos y técnico-metodológicos transversales al campo de la Psicología Social, orientados al abordaje de la estructura familiar en tanto dispositivo múltiplemente atravesado por determinaciones sociales, políticas, económicas, deseantes, ideológicas, entre otras que tienen su anclaje en la familia, desde el cual se propone un análisis crítico-reflexivo del lugar de la familia desde la perspectiva del Paradigma de la Complejidad y la Multicausalidad[1].
La temática relativa al grupo familiar es susceptible de ser abordada desde los fundamentos epistemológicos de la Psicología Social en su perspectiva critico-dialéctica, específicamente a partir de las categorías de génesis y estructura y de producción y reproducción social (Samaja 2004) para pensar las problemáticas sociales como fenómenos múltiplemente determinados que interpelan al colectivo familiar (sin caer en reduccionismos de ninguna índole).
Desde el punto de vista metodológico, es importante tener en cuenta los fundamentos sobre el dispositivo grupal que en tanto estructura formal invariante produce subjetividad y discursos sociales. Recurso técnico-operativo privilegiado que es empleado desde nuestra perspectiva de la Psicología Social para intervenir en las problemáticas psicosociales actuales que afectan al grupo (familiar).
- Presentación y organización de la temática de estudio
Nuestro punto de partida será el campo de la Psicología Social como disciplina y como profesión, y la concepción con la que intentaremos caracterizar la temática en cuestión es el escenario práctico de la intervención y sus fundamentos -a partir de las categorías de génesis[2] y de estructura, y las de modo de producción y reproducción social- que son articuladores epistemo-lógicos para el estudio de los fenómenos psicosociales actuales que interpelan al cotidiano familiar como totalidad y que, a su vez, son conceptos fundamentales para que los trabajadores de la salud mental podamos construir herramientas a fin de investigar, problematizar, analizar y abordar la realidad social actual.
Esto significa, desde el punto de vista metodológico: que no alcanza con estudiar cómo es la estructura/familiar existente hoy, sino que debemos articular con el análisis de cuál fue el proceso que genero o condujo hasta la situación actual.
Los fundamentos conceptuales con los que contamos en el campo de la Psicología Social nos permitirán el desarrollo de la presente temática, la cual será organizada a través de los siguientes ejes de estudio:
1er. eje operativo: Antecedentes de Abordajes de la estructura familiar en Psicología Social. Enrique Pichon-Riviere (E.P.R.) Génesis del objeto de estudio.
2do. eje epistémico: La perspectiva de la Psicología Social desde la Teoría Social y la concepción del Sujeto/Modelo de la salud (mental) de Juan Samaja. Papel de la sociogenesis de la familia. Organización de la Estructura Social.
3er. eje metodológico-técnico: Las problemáticas psicosociales como campo de Intervención de la Psicología Social. El lugar de la familia múltiplemente atravesado por determinaciones objetivas y subjetivas. El dispositivo grupal como técnica.
Dichos ejes de abordaje son mutuamente interdependientes, ya que suponen respectivamente[3]:
- una perspectiva histórica en tanto herencia critica que recibe la Psicología Social critico-dialéctica (su génesis) la cual suprime, conserva y a la vez supera dichos antecedentes teoricos,
- una configuración de modelos, fundamentos y teorías al respecto (eje epistemológico) representadas por ciertos autores de referencia que iremos recorriendo y por último;
- una serie de herramientas técnico-metodológicas entre las cuales ubicaremos al dispositivo grupal para intervenir en el campo de las problemáticas sociales que interpelan a la vida cotidiana familiar (eje técnico-metodológico).
2.1. Antecedentes de abordajes de la estructura familiar en Psicología Social. Enrique Pichon-Riviere (E.P.R.) y los inicios de la corriente grupalista.
Para comenzar con el primero de los ejes operativos de análisis, en el plano del par de categorías mediadoras de Génesis/Estructura vamos a revisar de manera introductoria los antecedentes de abordajes de la estructura familiar propuestos por Enrique Pichón- Riviere.
Los textos de E.P.R. nos permiten conocer los antecedentes de abordajes grupales de problemáticas psicosociales. Este autor desarrolla un corpus teórico en Psicología social nutrido de diversas referencias teóricas como por ejemplo: el psicoanálisis frances, la teoría de la dinámica del Campo de Kurt Lewin, los aportes de la teoría del rol de George Mead, el materialismo-histórico y hasta el surrealismo en el terreno filosófico.
Hacia mediados de los años ’70, en una serie de conversaciones establecidas por Vicente Zito- Lema[4]; a propósito de una pregunta realizada por este ultimo a Pichón sobre la critica a la psicología clásica -por centrar su enfoque en el individuo desentendiéndose de la sociedad y de la familia- Pichon-Riviere afirma que sigue considerando a la familia como una estructura social básica y que los conflictos sociales golpean ese núcleo básico. Agrega que el rol de padre, de madre, de hijo, son roles permanentes, legítimos, propios de cualquier cultura y que se han mantenido en una dinámica propia durante toda la historia de la humanidad. Además el autor aclara que la Psicología Social no pone el acento en la familia, sino en la interacción entre familia y sociedad (entre el centro y el conjunto social) Por otro lado desarrolla su teoría sobre los grupos operativos centrados en la tarea, como modalidad vincular de intervención.
Otra autora contemporánea de referencia para este primer eje será Ana María Fernández[5], quien retoma la corriente que inaugura E.P.R. en Argentina, pero con algunas diferenciaciones planteara que los grupos no son islas ya que todo grupo funciona inmerso en un complejo entramado de múltiples inscripciones institucionales (reales o imaginarias). Desde su noción de transversalidad se desdibuja la idea de grupo como fenómeno en sí-mismo y se lo delimita como un campo (nudo) de problemáticas permanentemente atravesado por inscripciones deseantes, institucionales, ideológicas, socio-históricas, políticas, etc.
Hasta aquí se plantea una introducción desde la génesis del tema, con los marcos teóricos que conforman sus fundamentos y que impulsaron su conformación. Estos planteamientos se suprimen, se superan y se conservan de manera dialéctica en los desarrollos de la perspectiva de la Psicología Social critico-dialéctica.
2.2. La Teoría Social critico-dialéctica y la concepción del Sujeto[6] desde la perspectiva del Modelo de Salud de Juan Samaja.
Luego de haber planteado la importancia de operar en la praxis con las categorías de Génesis/Estructura para el estudio de los fenómenos psicosociales, se torna necesario considerar a la estructura social (capitalista) actual que determina los modos de producción, intercambio, e interacción entre los sujetos en los diferentes ámbitos en los que se desarrollan: familiar, educativo, laboral, jurídico, etc.
A partir este segundo eje epistémico de análisis, podemos introducir las categorías de producción y reproducción social necesarias para operar con la noción de problema social, condiciones de vida y situaciones de salud (Samaja 2004). Categorías insoslayables al momento del abordaje, la investigación, y la intervención en el campo de las problemáticas psicosociales desde una teoría social critico-dialéctica.
Dicho eje nos ubica en la perspectiva del modelo propuesto por Juan Samaja[7] quien plantea que en todos los dominios de la vida (orgánica, mental, social) existen “totalidades”, cualitativamente distintas de sus partes, que imponen una organización. En consecuencia no existen “elementos” aislados, por lo tanto la familia como estructura no puede ser una unidad de análisis en sí-misma desde esta concepción, o bien un objeto de estudio aislado de su contexto[8]. Las totalidades existen a condición de que las partes se relacionen entre sí de determinada manera (conservación reciproca entre las partes y el todo). Es decir que a la vez que se reproduce el todo, se tienen que reproducir las partes, es decir la reproducción de la autoconciencia, la conciencia de uno mismo. La percepción de sí mismo, no como individualidad, sino como parte de una totalidad mayor: una comunidad, de una familia mediada por la cultura[9].
El modelo de salud-enfermedad-atención que propone el autor tiene que ver con la descripción de los estratos de sociabilidad del ser social en constitución ascendente: Organico-biocomunal, comunal-cultural, político-estatal y societal-contractual. Sin embargo hay un orden económico y del mercado que regulan por sobre todo lo otro, determinando una serie de relaciones predominantemente económicas que se dan por sobre los otros tipos de sociabilidad (comunal, cultural, publica-institucional)
Grafico 1. Estratos de sociabilidad (Samaja 2004)
Es decir, que si nos posicionamos en la dirección de una sociogenesis o configuración sociohistorica de la estructura familiar, nos encontramos con la familia “propiamente” humana como superadora de formas de organización animal (propias de la naturaleza) que a la vez suprimen y conservan los modos de reproducción orgánica y biocomunal propias de la procreación y subsistencia biológicas. Samaja expresa, en este sentido, que estos modos de reproducción son la condición previa para la existencia/emergencia de formas culturales posteriores.
El rasgo dominante y excluyente de la familia propiamente humana lo constituye su naturaleza transfamiliar generada por la ley de exogamia y por la ley de la prohibición del incesto[10]:ambas leyes simbólica y culturalmente vehiculizadas en/por la estructura familiar. Samaja plantea que la norma cultural que vehiculiza la transfamilia como obligación de obtener pareja matrimonial fuera de la familia de nacimiento, dio lugar a la formación de complejas redes de alianzas familiares de cooperación e intercambios como base del desarrollo del trabajo social humano.
Las relaciones reguladas por dichas leyes estabilizan y organizan las complejas relaciones interfamiliares -a través de sistemas de parentesco y alianzas- que nos permiten hablar de una función eticizante específicamente humana. Estas adquisiciones si bien han constituido conquistas sociales universales, cada sujeto en su singularidad debe internalizarlas en el seno de la cultura particular a la que adviene en tanto diversas normas de convivencia social.
La reproducción familiar-cultural que se genera a partir de este estrato (comunalcultural) desarrollara dos procesos de socialización:
a- La socialización primaria (adquisición del lenguaje/primeros vínculos constitutivos del sujeto en referencia a un grupo primario)
b- La socialización secundaria (o educación) que en sociedades complejas se encuentra a cargo de estructuras societales o estatales, como por ejemplo la Escuela primero y luego la Universidad.
Pero las pautas y normas sociales vehiculizadas por la familia a través del lenguaje, precisan de una instancia de sujeto, que las internalice, las encarne y las haga propias en un proceso de subjetivación: en su dimensión cognoscente (vinculada al pensar) deseante (vinculada al sentir) y productora (en tanto actividad transformadora de la naturaleza) constitutivas de la subjetividadb[11].
Es decir que los sujetos (partes) que pertenecen a una totalidad mayor (familia) deben poder reproducir en lo cotidiano los diferentes estratos de sociabilidad mencionados y sentirse parte de una totalidad mayor (estructura social macro) que los contenga y garantice en sus posibilidades de producción y reproducción social en las múltiples dimensiones que lo estructuran: biológica, psíquica, cultural, económica, jurídica, etc. Cuando ello no ocurre estamos ante lo que se denomina un obstáculo, una falla, una anomalía en la reproducción social- entre la totalidad y sus partes constitutivas- nos encontramos frente a lo que Samaja -desde este modelo- denomina un problema social que puede ser potencialmente psicosocial si produce resonancias psíquicas -es decir síntomas psicosociales- en los diferentes sujetos implicados.
2.3. Las problemáticas psicosociales como campo de Intervención de la Psicología Social. El lugar de la familia. Dispositivo grupal familiar.
De esta manera, llegamos a la cuestión de la necesaria articulación entre la estructura social y el sujeto, o entre lo social y la subjetividad para pensar un campo de problemáticas psicosociales que interpelan tanto al sujeto como a su grupo de pertenencia, y a partir de las cuales es necesario operar con elementos epistemológicos, metodológicos y técnicos[12].
Si hablamos de problemáticas psicosociales nos referimos a totalidades complejas hechas de partes, dentro de las cuales una de estas partes constitutivas, seria la familia. Es decir que su reproducción depende de la necesaria reproducción del resto de las partes que conforman esa totalidad. Con lo cual si alguna de ellas se viera afectada, va a repercutir en el todo complejo y viceversa.
Por otra parte, el grupo para la Psicología Social es el escenario intersubjetivo caracterizado por las relaciones sociales expresadas en su materialidad psíquica de lenguaje y constituye un recurso técnico-metodológico privilegiado a la hora de abordar las problemáticas psicosociales en tanto experiencias concretas de discurso.
En este caso el micro-escenario será el grupo familiar vehiculizador del orden simbólico (normas y pautas), pero no como un grupo-isla aislado de su contexto, sino como una formación histórico-social, en tanto totalidad compleja y campo de problemáticas psicosociales múltiplemente atravesado por determinaciones sociales, jurídicas, políticas, económicas, institucionales y las partes constitutivas de esa totalidad en permanente interacción, representadas por los sujetos o grupos de sujetos inscriptos en ese ordenamiento social.
Por lo tanto el dispositivo grupal pondra en juego los dos aspectos fundamentales constitutivos del ser humano: lo social, es el ámbito familiar, laboral, escolar, etc. y la subjetividad individual, cuestiones ligadas al amor, al deseo, al goce.
Si hablamos de dispositivo grupal, podemos pensar el abordaje de la estructura social en cuanto a lugares que determinan un orden, una legalidad y una producción determinadas, si hablamos de dispositivo grupal (familiar) en este caso encontramos una estructura análoga que se configuraría de la siguiente forma:
PADRE-LEY
NIÑO MADRE
UNO OTRO
SUJETO
Figura 2. Estructura familiar
Normas y Pautas
OTRO (LEY)
(Lenguaje)
(Madre) (Padre)
Uno Otro
Sujeto lazo social objeto
Deseo
(Producción)
Discurso
Figura 3. Dispositivo grupal (familiar)
Esta es la perspectiva metodológica desde la cual vamos a analizar las diferentes problemáticas psicosociales de investigación y el recurso técnico que vamos a utilizar será el dispositivo grupal como estructura formal que favorece discursos[13].Entre Uno y Otro siempre está la ley y ahí algo cae, se produce: favorece la enunciación de un discurso, que en el caso del discurso familiar estará constituido por el discurso ajeno, es decir las valoraciones, representaciones y posicionamientos del ser social.
Referencias bibliográficas
- Del Cueto, A.M. y Fernández, A.M. (1985). El dispositivo grupal. En “Lo Grupal 2”, Buenos Aires: Ed. Búsqueda.
- Samaja, J. (2004): Epistemología de la Salud. Reproducción social, subjetividad y transdisciplina. 2ª parte: “La reproducción social y las relaciones entre salud y condiciones de vida”, Buenos Aires: Ed. Lugar.
- Zito Lema, V. (1976). La psicología social. Sus fundamentos. El esquema conceptual, referencial y operativo. En “Conversaciones con Enrique Pichón Riviere”, Cap VI (103-114) Buenos Aires: Ed. Cinco.
- Zolkower, M. y colaboradores (2013): “La problemática de la especificidad en Psicología Social. Escuelas matrices de Psicología Social” Memorias del V Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología, XX Jornadas de Investigación y Sexto Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. UBA.
Datos de la Autora:
Licenciada y Profesora en Psicología (Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación-U.N.L.P.) Docente de la Cátedra de Psicología Social de la Facultad de Psicología (Universidad Nacional de La Plata) Miembro del Equipo de Investigación del Proyecto “La problemática de la Ideología” Proyecto acreditado por la U.N.L.P.
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