EL VÍNCULO ABUELOS-NIETOS EN UNA MUESTRA DE CABA Y GBA

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Los cambios sociodemográficos nos muestran que la proporción de adultos mayores ha ido creciendo sostenidamente en nuestra población. Los motivos están asociados a una disminución en la tasa de fecundidad y un aumento en la esperanza de vida, lo que genera que haya menos niños y más adultos mayores. En consecuencia, acontecen cambios en la estructura de la familia y en la aparición de nuevos roles.

En tiempos pasados, las imágenes tradicionales de abuelos estaban asociadas a adultos mayores que dedicaban su tiempo completo a la vida hogareña. Actualmente, gran parte de los abuelos se encuentran en mejor estado físico, algunos trabajando, con muchos intereses o proyectos personales y con expectativas de vida más amplias.

Ante este nuevo escenario, el presente trabajo pretende explorar la percepción de los abuelos acerca del vínculo que poseen con sus nietos. Para ello, se realizaron 15 entrevistas semiestructuradas a abuelos y abuelas que residen en CABA y GBA.

La importancia del vínculo abuelo-nieto como proveedor de apoyo social

Estos vínculos significativos permiten destacar la relación entre apoyo social y salud o bienestar; y el papel que juegan las relaciones abuelos-nietos como fuente de apoyo para los adultos mayores. Una de las definiciones de “Apoyo Social” es desarrollada por Carlos Sluzki (1996), quien lo concibe como el producto de las interacciones de un individuo dentro de una determinada red social, la cual cumple un papel importante ya que “provee sentido a la vida, aporta retroalimentación cotidiana acerca de las desviaciones de la salud, propicia una serie de actividades personales que se asocian positivamente con sobrevida, y que se orientan al cuidado y a la promoción de la salud” (Sluzki, 1996, citado en Arias, 2008). 

En lo referente a las funciones que pueden alcanzar las relaciones de un sujeto, consideradas como proveedoras de apoyo, Sluzki (1996) menciona: la compañía social, la guía cognitiva y de consejos, y el apoyo emocional.

Con la llegada de la abuelidad, los adultos experimentan un aumento en sus redes sociales, incorporando a sus nietos como nuevos vínculos significativos. De este modo, pueden convertirse en proveedores y receptores de apoyo.

Relación intergeneracional y vínculos 

 En modo general, el concepto de “relaciones intergeneracionales” nos lleva a pensar en cualquier tipo de relación sostenida entre personas de diferentes generaciones, como padres e hijos, o abuelos y nietos.  

Para el investigador Höpflinguer (2009, citado en el libro Blanco sobre Envejecimiento Activo 2011) este tipo de relación designa los procesos recíprocos de orientación e influencia, intercambio y aprendizaje entre dos o más generaciones. Es decir, no ocurre por el sólo hecho de estar juntos, el intercambio va más allá de la coincidencia espacial.

 Al respecto, Iacub (2012) menciona: “…los vínculos aparecen organizados por sistemas de alianzas que modelan las relaciones entre sujetos. Se definen como sistemas de reciprocidad basados en, lo que Levi Strauss consideraba como una situación básica del ser humano, el encuentro con el otro: que genera intercambio o lucha. Tanto a nivel social como psicológico el sujeto requiere del otro, en un encuentro siempre regulado” (p. 2)

Resultados

Características generales de la muestra y aspectos sociodemográficos

La muestra definitiva está compuesta por 15 adultos de clase media, 8 hombres y 7 mujeres con una edad promedio de 63 años. En lo referido a su situación laboral se obtuvo que el 67% de los entrevistados se encuentra activo laboralmente, el 20% declaró ser jubilado/a y el 13% restante se desenvuelve como ama de casa. Ninguno de ellos vive con sus hijos o sus nietos. La mayoría convive con su pareja o vive solo.

Así también, de los datos surge que la cantidad de hijos que tuvieron los abuelos es proporcionalmente mayor a la de sus hijos. Al respecto, se puede inferir que la diferencia estaría asociada a los cambios sociodemográficos actuales, caracterizados por el aumento poblacional de los adultos, a medida que la proporción de niños y jóvenes disminuye. 

Frecuencia de contactos

Se observa que el 33% se encuentra con sus nietos todos los días, el 13% dos veces por semana, el 47% una vez por semana y sólo el 7% lo hace una vez por mes. En estos últimos casos, la lejanía geográfica se vuelve un factor determinante para el contacto cara a cara.

En relación con aquellos que manifestaron una frecuencia diaria de contacto, mencionaron que cuidan de sus nietos durante algunas horas del día. El motivo principal se refiere a las actividades laborales de los padres. Es de destacar que el cuidado dedicado a los nietos se iguala a abuelos de ambos sexos. De esta forma, el cuidado que brindan puede representar una forma de apoyo para la familia, actuando como soporte principal cuando los progenitores no pueden cuidar a los niños. A su vez, los abuelos/as mencionaron que el cuidado les representa compañía y satisfacción.

Por otro parte, la mayoría de los entrevistados mencionan que se encuentran con sus nietos una vez por semana, ya que realizan otras actividades por fuera del núcleo familiar. La mayoría de ellas están relacionadas con el ámbito laboral, planes sociales y actividades recreativas o de ocio. Los testimonios muestran abuelos/as que mantienen un equilibrio entre ayudar a sus hijos o visitar a sus nietos, a la vez que no descuidan sus actividades de interés personal.  A su vez, se observa la amplia variabilidad de redes de las cuales forman parte, ya que no sólo se vinculan con sus familias (parejas, hijos, nietos…) sino que también mantienen relaciones sociales, laborales y de amistad.  

Actividades compartidas

Las actividades más nombradas fueron: Jugar, Ir a la Plaza y Conversar. Todas ellas compartidas por abuelos y abuelas. Además, las abuelas mencionaron tareas relacionadas con la alimentación y la educación -cocinar, leer, hacer tareas escolares- obedeciendo en cierta manera a los roles tradicionales de género donde las mujeres muestran una mayor implicación en los cuidados y la alimentación de los niños.

Por otro lado, algunos de los abuelos acompañan a sus nietos en el uso de la tecnología y comparten espacios de recreación a través de los videojuegos. Se evidencia cómo los nietos no son los únicos que se enriquecen de este intercambio intergeneracional. En estas actividades, los abuelos reciben de sus nietos información y ayuda para abrirse al mundo contemporáneo o adquirir mayor conocimiento en relación con las nuevas tecnologías.

Por otra parte, una de las actividades de ocio mencionadas con mayor frecuencia por hombres y mujeres fue la “conversación”. Conversan sobre experiencias de vida de los abuelos, relatos de historias y anécdotas familiares.

A partir de algunos testimonios, se percibe que los abuelos/as buscan transmitir valores morales, buenos modales y comunican parte de la historia familiar, poniendo a sus nietos en contacto con el pasado y sus orígenes. En este sentido, a diferencia de otras relaciones, las intergeneracionales invitan a conectarse, de modos distintos, con personas que viven su envejecimiento desde otro momento; lo cual permite reflexionar sobre el curso natural de la vida y el paso del tiempo.

Valoración subjetiva de la relación

Ante la pregunta sobre cómo describirían la relación con sus nietos, el denominador común de las respuestas expresó emociones positivas. 

Así también, parece haber un acuerdo generalizado en que los abuelos no son responsables de la educación de los nietos ya que consideran que es un compromiso que le corresponde a los padres. Esto les permite compartir actividades de forma más distendida y verlos crecer de una manera que no pudieron hacer con sus hijos por estar inmersos en responsabilidades. En este punto, radica una de las fuentes de disfrute de ser abuelo. 

Por otro lado, algunos destacaron las muestras de cariño mutuas y un gran porcentaje han indicado que al estar con sus nietos se sienten más activos. Los comentarios reflejan un acuerdo al hablar sobre el rejuvenecimiento que aporta la experiencia de abuelidad.

Los adultos entrevistados perciben que la relación con sus nietos es recíproca, afectiva y única.

¿Qué cambios surgieron con la abuelidad?

La llegada de los nietos ha sido un motivo de alegría. Los cambios mencionados de forma más frecuente se asocian con la aparición de sentimientos afectivos: amor y felicidad, destacando el disfrute que perciben en la relación. Ellos encuentran en su rol de abuelos un nuevo sentido para alcanzar bienestar y satisfacción.

Por otro lado, se ha identificado que los adultos perciben un incremento en la autoestima y su motivación, al sentirse reconocidos y valorados por los nietos. Así también, algunos mencionaron contar con más energías cuando están con ellos, encontrándose a disposición para cuidarlos y jugar. 

También, algunos mencionaron identificarse con su rol de abuelos: “me descubrí como abuela”; “fui adquiriendo mi rol de abuela”. Como todo cambio vital, convertirse en abuelo requirió de nuevas adaptaciones y un cambio en la definición de uno mismo. En este punto, la abuelidad puede diferenciarse como un suceso datable, en tanto sucede una vez nacido el primer nieto; y abuelidad como transición, en tanto implica un proceso constitutivo y portador de una experiencia que se construye con otros. 

Conclusiones

En lo que respecta a las características generales y los aspectos socio demográficos, se observó que los datos hallados se ubican en sintonía con los cambios sociales actuales y el creciente envejecimiento que transita nuestra población. Estos cambios y, en especial, el aumento de la esperanza de vida ha dado lugar a que abuelos y nietos compartan un número elevado de años, incluso pueden llegar a compartir décadas. Como consecuencia, en la sociedad contemporánea, un mismo abuelo puede llegar asumir roles muy diversos en función de las circunstancias personales, económicas, familiares y sociales en la que se encuentre en cada momento. En consonancia con este escenario, se ha constatado la existencia de diferentes perfiles y estilos de abuelidad. En los abuelos entrevistados se identificaron abuelos jóvenes todavía empleados, en algunos casos divorciados, viviendo en pareja o solos, e incluso abuelos que se ocupan no sólo de sus nietos, sino también de sus propios padres y sus tareas profesionales. En consecuencia, este estudio apuesta a considerar esta experiencia desde las individualidades.

En lo que respecta a la frecuencia de contactos con sus nietos, se obtuvo que la mayoría de los entrevistados realizan actividades por fuera del núcleo familiar, vinculadas al área laboral y actividades recreativas o de ocio. Este escenario podría hablarnos de un envejecimiento activo. Los que hoy son abuelos realizan actividades que en épocas anteriores no tenían.

Así también, al analizar las opiniones de los abuelos/as en relación con los cambios vivenciados en la abuelidad, se observó que el tipo de intercambio interpersonal entre abuelos-nietos puede actuar como proveedor de apoyo social. Las funciones encontradas en la muestra representan compañía social, apoyo emocional y, orientación cognitiva y de consejos (Sluzki, 1996).

De esta manera, el vínculo puede beneficiar tanto a los abuelos como a sus nietos, ya que se establece entre ellos un intercambio en las dos direcciones: los abuelos transmiten tradiciones y valores, reciben compañía y afecto, surgen oportunidades de aprender, usar las nuevas tecnologías, se implican en actividades físicas o en tareas que requieren de su atención y cuidado como alimentar a los más chicos o llevarlos al colegio; y al mismo tiempo, los nietos reciben compañía y afecto de sus abuelos/as, aprenden sobre su historia y sus orígenes.

Así también, la participación del abuelo/a en la provisión de cuidados y apoyo le otorga una posición significativa, la cual puede aumentar la motivación y la autoestima al sentirse valorado por su familia.

No se desea poner un punto final ya que se considera que el tema desarrollado es susceptible de un mayor análisis. En una sociedad que avanza hacia el envejecimiento es fundamental reconsiderar el rol que le otorgamos a los abuelos y abuelas. Por ello, se espera que este aporte pueda ser consultado por quienes tengan interés en la temática y continúen las investigaciones que permitan enriquecer nuestro conocimiento acerca de esta etapa de la vida, el vínculo actual abuelos-nietos en nuestra sociedad, sus características, y su influencia en la salud y el bienestar. De esta forma, las investigaciones nos permiten encontrarnos con algunos de los tantos aspectos positivos que se alcanzan en la tercera edad y vejez.

Bibliografía

▪ Arias, C. (2008) El Apoyo Social en la Vejez: Alternativas de Acción frente a los desafíos del envejecimiento poblacional. Perspectivas en Psicología Vol 5 N 2.

▪ Iacub, Ricardo (2012) Configuraciones vinculares en los adultos mayores. Texto inédito.

▪ Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de la República Argentina (2010). Recuperado de http://www.indec.gov.ar/

▪ Libro Blanco sobre Envejecimiento Activo. Madrid: IMSERSO (2011)

▪ Sluzki (1996) La red social: Frontera de la práctica sistémica. Barcelona: Gedisa.

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